Monday, December 17, 2012

Mi Mejor Regalo:



 Es una de las épocas más hermosas, llena de emociones, reencuentros, fiestas y la oportunidad de compartir con los seres queridos un regalo. Para los que realmente sabemos lo que la navidad significa, el detalle es lo que realmente importa y no el valor que pueda haber detrás del regalo.


El verdadero sentido de la Navidad es el nacimiento de Jesus y como él nos trajo un mensaje de amor. Es la oportunidad para regocijar y reconocer las bendiciones que el año nos trajo, aún aquellas cosas que tal vez no fueron tan buenas. Es la oportunidad de reflexionar, no solamente sobre los acontecimientos que hubo en este año, o en los problemas familiares, en nuestra situación económica, o el porvenir de nuestros hijos, pero tomar unos días para reflexionar sobre nosotros y lo que representa ser quienes somos.
Ya sé, se despierta un hilo de culpa, eso es ser egoísta, no hay tiempo para reflexionar sobre mi cuando los demás esperan o necesitan de mí. Tal vez yo puedo esperar unos días más, después que atienda las necesidades de todo el mundo. ¡Regalo para mí! ¿Qué regalo? Si apenas me alcanza para los que amo.
No te culpo que no estés pensando en ti, es más, lo aplaudo. ¿Sabes por qué? Nadie te enseñó como amarte. Probablemente te recuerdas de aquella ocasión, cuando te compraron un regalo y llego visita. El hijo del amigo de la familia quiso intentar rebatarte tu regalo y te negaste en compartirlo. Vino papá y te dio un golpe en la cabeza diciéndote;
-         -Tienes que aprender a compartir.
Pero al día siguiente fueron ustedes los que visitaron al amigo, el hijo tenía un juguete que te gustó, intentaste tomarlo prestado, el niño se negó, y ya sé, otro cocotazo y tu padre te dijo;
-        - ¡Eso no es tuyo!
Ya vez, la vida, además de difícil complicada con los mensajes que recibimos, nadie nos enseña a pensar en nosotros, amarnos y valorizarnos. Pero Jesus sí;
“Amarás a tu prójimo como a ti mismo”
Este mandamiento es tal vez el menos comprendido, el que menos usamos y sé que Jesús tuvo la visión de saber que el hombre no sabría amarse, que se aferraría al amor al dinero, a las pasiones y que se entregaría por todas las razones equivocadas al amor equivocado. A través de los siglos, en vez de aprender amarnos, en vez de incluir un curso en las escuelas de cómo mejorar la autoestima, como aumentar el valor propio, nos exponen a la competencia, nos miden por lo que tenemos y cuan exitoso somos o podríamos ser. Pero nadie nos enseña donde radica el verdadero éxito del hombre.
Este año, dentro de tu ajetreada faena, tus compromisos y tu amor por la familia y los amigos, detente por un momento y pregúntate que desearías como regalo para ti. No.., no.., no, me digas la felicidad de mis hijos, la salud de mis padre, el amor de mi pareja. Quiero que verdaderamente te preguntes lo que deseas para ti.
Sé que si ellos están bien, tú serías feliz, pero la felicidad comienza por uno. Cada paso que des en dirección a la felicidad, en amarte a ti mismo, en valorizarte y darte cuenta cuán grande eres, es un paso que garantiza la felicidad de los demás. Anda, atrévete a darte el regalo más grande, amarte a ti mismo y así podrás amar al prójimo.

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